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Actos Diarios

“En el desierto, sólo la nada es todo. Aquí, separamos,
distinguimos, ordenamos en cajones, en depósitos, en almacenes.
Lo biografíamos todo.
A veces, acertamos, pero el acierto es mucho mayor cuando inventamos.
La invención no puede ser confrontada con la realidad,
Tiene más probabilidades de ser exacta.
La realidad es lo intraducible, porque es plástica, dinámica.
Y dialéctica también.”

José saramago


Cada manera de realidad es una jungla de diferencias y complejas y suaves y asperas intensidades, donde vivir es el asumir un constante fluctuar, una deformación intermitente apegada a cada desgarramiento propio del tiempo, a la emanación de una conciencia diferenciable por la invención del deseo de una acto que nos complemente.

Las imágenes que se proponen, procuran atrapar la singularidad de su contexto mediante la provocación de una mirada, el encarnarse como posibilidad o como promesa, como inserción útil o disparatada de una pregunta.

Este proyecto deriva de distintos programas de trabajo, cuyos ejes conceptuales abordan distintas combinaciones de sentido, desde la evocación del recuerdo, la nostalgia de lo ido y lo posible, a la construcción de mapas que re-territorializan la experiencia de un lugar y sus momentos, la generación de formas que se desplazan por entre la persistencia de ese tiempo quieto; el paisaje como un encuentro de dimensiones híbridas donde se dan cita la experiencia contemplativa de la vivencia urbana, su entorno de desgarre arquitectónico y sus procesos de usurpación del espacio público, vistos a través del humor irónico que la imaginación encuentra en el esfuerzo de asir a la visibilidad lo ya invisible.

Dibujar es, entonces, un acto de registro que se construye diario, una presencia intempestiva que orienta los procesos, que los envuelve en interpretaciones y los fragmenta y los distorsiona y los despoja y les presta identidad; actividades que conjuntan seducción por las diferencias, por la migración de significado; la carta que se manda siempre lleva la manera nuestra de ser memoria, permite adherir nuestros trayectos, nuestras texturas, deja que se extienda y se disperse para estar latente como intimidad de todos, de nuestro tiempo diario...

De todas esas premisas deriva tal experimento gráfico, como una forma de involucrarnos en una línea nacida de sus acontecimientos necesarios y donde las contingencias históricas son observadas –en cada órgano del dibujo- como la probable explicación de un signo sobre un destino posible…


Miguel Ángel Pérez Vargas.
México, D.F.,

Mayo, 2006.